No entiendo que me pasa.
Si esto es el final, bienvenido sea.
Con sus dulces cánticos de ataduras necias.
No entiendo que me pasa (creo amarte)
pero si no es lo último, lo definitivo,
dime tú qué es (tampoco sabes).
El día de la certeza azotará mi vientre con su látigo quejumbroso.
En la noche interminable gritaré tu nombre
y no hallaré respuesta.
Donde estarás, sobre qué mundo de piel
fomentarás tus yos. Desasosiego
vive dentro del cerro de mis huesos.
Caeré deprisa y no molestaré a tus labios
con estos besos que pienso siempre, siempre.
Lejanía insostenible desde aquí no hay luces
no hay nada que se obceque en ser real.
No entiendo qué me pasa.
Si esto es el amor también será el equívoco
camino de los cuerpos y los ojos.
La niebla siembra semillas de mármol
y la saliva impregna mi azucena
colorístico duelo doble sueño
de qué, de qué. Dímelo tú ( Tampoco entiendes)
Ninguno de los dos entiende nada.
Dime entonces por qué sucede esto
Por qué quise ser agua, mar, abismo.
Alta hoja de papel de plenilunio